domingo, 4 de junio de 2017

La libertad no lo es tanto

A nivel popular todo mundo entendemos por libertad la capacidad de pensar y/u obrar sin que nada ni nadie nos limite. Dicho de otra manera, pensamos que la libertad es hacer lo que queremos, punto. En la medida que efectivamente obramos o no conforme nuestra voluntad, entonces decimos que somos o no libres.

Crestomatía: http://de10.com.mx/sites/default/files/styles/detalle_nota/public/field/image/estatua_ny-movil.jpg?itok=e6XeXSxU

Pero la libertad, así pensada, está muy pero muy lejos de ser una capacidad que no está limitada. Veamos, si la libertad es obrar conforme nuestra voluntad o de acuerdo a lo que queremos, entonces hay que preguntarse: ¿cómo llegamos a querer lo que queremos?

Si resulta que lo que queremos es resultado de un proceso totalmente determinado, uno en el que nosotros no tenemos ninguna decisión, entonces tendremos que definir a la libertad como la capacidad de obrar según lo que queremos determinadamente.

Las pasiones y sentimientos llegan a nosotros de una manera totalmente ajena a nuestra voluntad, llegan a nosotros sin nuestro consentimiento, cuasi maquinalmente. Lo que implica, por ejemplo, que cuando odiamos o amamos no sentimos eso porque así queramos, porque el amor y el odio saltan en nosotros como los brotes de una planta saltan en la tierra, sin quererlo (ver más sobre esto en este otro post).

Crestomatía: https://objetivismo.org/wp-content/uploads/2011/05/Determinismo.jpg

Ahora, puesto que llegamos a querer lo que queremos a través de un proceso visiblemente cerrado y determinado, sin aviso de la mínima luz de libertad y decisión, entonces podemos confirmar lo dicho: que la libertad no lo es tanto (si entendemos que ser libre consiste realmente en obrar según pasiones y sentimientos determinados que nacen como plantas en nuestro espíritu).

Sin duda que ante esto cualquiera​ podría replicar: No importa que las pasiones nazcan en nosotros de una manera fija y determinada, cuando obramos lo hacemos decidiendo libremente y sin limitaciones de acuerdo a lo que sentimos.

Crestomatía: http://diario16.com/wp-content/uploads/2017/03/libertad-tres.jpg

Pero entiendo que esta réplica, por supuesto, es totalmente falsa según lo dicho: porque las decisiones se basan siempre en aquello que queremos y sentimos: la decisión que tomemos será siempre aquella basada en el sentimiento que haya tenido más fuerza determinante dentro de nosotros.

Para terminar, aunque no estemos de acuerdo con lo que aquí se presenta, sin duda tenemos que pensar en este asunto que es importante, y sopesar al menos la idea de que en nuestro ser hay mucho más de máquina que de un ser realmente libre.

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